Tuesday, January 20, 2009

El ser mexicano, un ser desgarrado

Las siguientes ideas desatadas, sobre el "ser mexicano", fueron originadas y giran en torno a un texto realizado por Edgar Madrid que lleva por título "Inferioridad o insuficiencia? ¿Redistribución o reconocimiento? Una comparación entre la forma de percibir estos conceptos desde la perspectiva de Axel Honneth y Emilio Uranga.". El texto de Edgar compara esos cuatro conceptos anunciados en su título como características presentes en la identidad del "mexicano"; éste escrito por su parte agrega una característica más: "El desgarre".

La existencia humana es un incesante juego de poder entre el individuo y la sociedad. ¿Es el individuo el que determina a la sociedad o es la sociedad la que determina al individuo? ¿Puede un individuo salirse de la sociedad? ¿Puede existir una sociedad sin individuos?

Una tradicional posición europea del siglo XIX sostiene que el origen de la sociedad es la familia. El persistente conflicto entre la sociedad y el individuo ha sido por la posesión del poder, por el mando de la familia. El conflicto marxiano que alude a la conciencia de clase, un reconocer que se es oprimido, que se es hijo y que se busca ocupar el lugar del padre.

Pero el caso del mexicano es una cuestión diferente porque estamos hablando de dos familias, la indígena y la europea. ¿Qué es el mexicano, acaso no es un es un ser desgarrado, y pensemos el desgarre como un acto en el cual se rasga un cuerpo y que en ese acto se le quita de una parte de su ser produciendo un vacío. El desgarre sucede cuando México es conquistado por España y se le desgarra de su tradición, de sus costumbres (ethos), luego es deseducado y reeducado en los valores europeos. Pareciera que los Europeos van siempre un paso delante de los mexicanos, como si ellos fueran la tortuga y el mexicano Aquiles.

A pesar de que desde el siglo XIX México proclama su independencia, no es hasta más de un siglo después cuando comienza a interrogarse sobre el carácter y el ser del mexicano. Peor aún, al responder el problema se afirma que el mexicano es un ser solitario, un ser inferior o un ser insuficiente, pero no se avanza mucho en la cuestión puesto que se está midiendo de a cuerdo a los valores europeos, dejando de lado los valores autóctonos. Los trabajos de Octavio Paz, Ramos o Uranga, que han intentado dilucidar el ser mexicano nos muestran un mexicano que no pretende adquirir un nuevo ethos, sino adquirir un carácter netamente europeo: pertenecer al devenir de la familia europea, por lo que su trabajo no versa sobre el ser mexicano, sino sobre el ser europeo, ha tratado de ver al mexicano inserto en la historia y reconocer como válidos los valores europeos. La manera en que Ramos da por hecho de que el europeo es el padre y el mexicano el hijo es una muestra evidente. Ramos parece olvidar el elemento Indígena, ¿acaso no hay también en el nativo el elemento de la paternidad? Paz por su parte hace una adopta y adapta conceptos del existencialismo sartriano para mostrar lo que considera es el ser mexicano.

La teoría del conflicto funciona únicamente en el seno de una familia, por eso en la actualidad, con la familia global, México está dentro del conflicto mundial, el mexicano de Uranga, Paz y Ramos obtiene su lugar: la inferioridad, ineficacia y soledad del mexicano hacen de él, visto desde la perspectiva de la familia europea, un hijo ilegítimo. Sin embargo el carácter del ser mexicano, de ese ser desgarrado queda irresoluble; más aún, el fenómeno de la globalización diluye el tema del ser mexicano, porque mientras la familia se hace más grande la individualidad tiende a disolverse.

¿Y qué sucede con los conceptos de redistribución y reconocimiento de Axel Honneths? Sucede que seguimos hablando desde el ámbito eurocentrista. Los hermanos ( y hermanas) no buscan ya suplantar al padre, ahora buscan que se les reconozcan sus derechos, espacios y tiempos en el seno de la familia (aldea global). La nueva manera que ha encontrado el individuo para no perder su existencia es adjetivándose, hoy el adjetivarse es tomado como sinónimo de identidad, así tenemos a la hermana feminista, al hermano étnico, al hermano homosexual, y a la hermana lesbiana etc., que buscan sea reconocido su derecho a pertenecer a la familia, aunque ya no se tenga sustancia.

Finalmente, al revisar y cuestionar la problemática del ser mexicano no se trata de invertir las relaciones de poder, porque se reproduciría el mismo esquema del poder en el seno de la familia, sino generar otras maneras, otro tipo de relaciones de poder, ya que no se trata de un reposicionamiento de una cultura mexicana, donde el hijo ilegítimo toma el puesto del padre, sino de generar un carácter; y puesto que ya dijimos el mexicano es un ser desgarrado, ahora se tratará de zurcir lo desgarrado.

2 comments:

  1. Anonymous3:47 PM

    Hay una parte en la que me intrigas...¿La sociedad actual, tanto la mexicana como cualquier otra es una sociedad que se adjetiviza?

    Creo que es muy aventurado pensar que es algo nuevo ya que precisamente toda puesta metafísica en escena implica el Ser y el Ser requiere de algo uno que sea. Para un griego ser es ser A o ser B y en este sentido Ser es ser siempre algo otro que uno mismo pues "uno-mismo" solo se manifiesta siendo otro que él mismo.

    Me ha gustado mucho lo que expones. Recuerda un poco a la búsqueda del ser aleman de Hölderin

    Saludos!

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  2. Para alguien como yo, en cuyo interior consiente e inconsciente se siente a menudo inferior, el ser mexicano me hace caer en cuenta el por qué el sentimiento ya mencionado se anida en lo más hondo del ser y que ha marcado mis casi cuarenta años de vida.
    Se tiene que aprender a superar ciertas condiciones y aun que tarde medio las he superado, el pensamiento y la capacidad de raciocinio del autor en esta disertación, me hace pensar que como nación comenzamos a crear nuestra propia filosofía, que a pesar del peso de tanta ineficacia, mediocridad, corrupción y violencia, es una bolita de nieve que con todo y cuesta arriba, va a crecer de forma exponencial y siendo optimistas en cien o doscientos años más nos pueda dar la posibilidad de ser y ocupar el liderazgo regional y global al cual como nación hoy tenemos negado.

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