Monday, September 26, 2011

Thursday, June 09, 2011

Libertad es creación.

No se educa para la libertad, se modela a los estudiantes según las necesidades de una elite dominante y un síntoma del modelado educativo consiste en el uso de las referencias.

Las referencias son un tributo al pasado, pero cuando se asume a la herencia como propia se deja de crear ideas.

Si no hay ideas nuevas, no hay creación. La creación se identifica con el arte.

Se dice que el arte crea ideas son confusas y no evidentes. Al arte, se le identifica con la ficción.

La ficción es invención, creación.

Crear es síntoma de libertad, pero no se nos educa para la libertad, ni para crear. No se nos educa para crear al pasado y al futuro, sino para rendirles tributo.

Pasado y futuro son ficción: creaciones.







Tuesday, January 25, 2011

De valores, violencia y evaluaciones.Una inmersión etimológica de conceptos.

Es común escuchar tres conceptos muy parecidos: evaluar, valoración y validar. Sin embargo, aunque cada uno se utiliza con diferentes matices los tres conceptos tienen esencialmente tienen una misma raíz semántica: valor. Vayamos directamente con el caso Evaluar. Según el Diccionario de la Real academia Española (Internet), el término Evaluar es “Señalar el valor de algo”; ahora bien, al buscar el significado de la palabra valor, nos encontramos con que es una palabra polisemántica, y que entre uno de sus significados tiene el siguiente: “Fuerza, actividad, eficacia o virtud de las cosas para producir sus efectos.”, que por cierto tendría prácticamente el significado de otra palabra: virtud que significa “Actividad o fuerza de las cosas para producir o causar sus efectos.” -Curiosamente hay una palabra también latina que nos remite a esta palabra virtud: Vir, que significa hombre. De lo cual podemos deducir que es el hombre, como género quien posee esa característica de “fuerza o dominio” y recordemos que Dominus, en latín significa "Señor".- Hasta aquí todo suena normal, pero al continuar con la inmersión etimológica, nos encontramos con la palabra Violencia de la cual el mismo diccionario de la RAE define como “Cualidad de violento.”, y que al consultar la palabra Violento nos encontramos que significa "Que obra con ímpetu y fuerza", ¡es prácticamente el mismo significado de valor lo mismo que valor!... Entonces entendemos que, puesto que vivimos en una sociedad evaluadora constantemente siendo objeto de evaluaciones y validaciones, es decir, siendo objetos de la violencia -y también sujetos- es decir estamos realizando acciones violentas, actuando con fuerza e ímpetu. Vivimos en una sociedad violenta, y cómo no, si al exacerbar los valores y las evaluaciones automáticamente se exacerba a la violencia. Pongamos por el ejemplo el caso de la educación, ¿no es acaso el profesor quien tiene la última palabra en la evaluación del aprendizaje del estudiante? Ya no, más aún, ya ni siquiera es el profesor, quienes tienen el poder de validar al estudiante son las “instituciones externas”, son ellas quienes deciden el otorgar la cualidad de fuerte o débil, competente o incompetente al estudiante, al profesor e incluso a otras instituciones. ¿No es la validación, el evaluar, y el dictaminar los valores imperantes un acto violento, es decir, un acto de fuerza y de poder? Asombrosamente se nos pasa que el que el que valida es el que detenta el poder y en base a ese poder otorga, da firmeza o valida a alguien o, a algo. ¡Y cómo no vamos a estar inmersos en un mundo violento si cada vez se les otorga –increíblemente por voluntad propia- más importancia a quienes otorgan las validaciones!
La humanidad tiende hacia el “progreso” y por eso en las evaluaciones interesan los resultados…positivos. La tendencia al progreso (mediante cifras positivas), desarrollo e innovación es un maremoto que todo lo arrastra en su corriente, pero hecho de que se mejoren las estadísticas no tiene que ser necesariamente real. Sucede como con la economía, los indicadores pueden decir que toda va excelente, sin embargo, mientras los individuos -como mi caso- cada vez resienten más la carencia de ese “progreso”. ¿Quién dice que es lo bueno, lo válido o el progreso?